Hoy presentamos al primero y más débil de los dragones ferrosos: el dragón de níquel.
El níquel (Ni) es un "metal de color blanco con un ligerísimo tono amarillo, conductor de la electricidad y del calor, muy dúctil y maleable por lo que se puede laminar, pulir y forjar fácilmente. Es otro de los metales muy densos como el hierro, iridio y osmio. Se encuentra en distintos minerales, en meteoritos (aleado con hierro) y, en el núcleo terrestre, donde es el segundo metal en abundancia aparte del hierro, metal con el que comparte numerosas características similares" (de la Wikipedia).
Únicamente en el número 356 de la revista Dragon encontraremos textos describiendo a los dragones ferrosos:
"Este dragón es achaparrado y musculoso. Su cara de cocodrilo tiene ojos saltones y un hocico alargado lleno de dientes. Dos cuernos lisos se extienden hacia atrás y abajo de la cabeza. Sus escamas son de un gris metálico, con manchas blancas. En su presencia se siente un intenso olor a agua estancada".
Ilustración de James Zhang |
El nº 170 de la Dragon nos contaba ésto acerca de los dragones de níquel:
"Los dragones de níquel son los más débiles de los dragones ferrosos. Compensan su menor tamaño y menor poder con una tenacidad y crueldad que haría que incluso los aventureros más atrevidos se lo pensasen dos veces antes de querer enfrentarse a uno por segunda vez. Sin embargo, también son algo impredecibles por naturaleza y bien podrían devorar a un pobre aventurero de un grupo y luego decidir que los demás no valen la pena.
Las escamas del dragón de níquel son de un gris carbón al nacer, cambiando a un gris más metálico cuando son adultos. A medida que el dragón continúa envejeciendo, el gris metálico comienza a mostrarse blanco hasta que, como un gran wyrm, no quedan rastros del gris y el dragón es un blanco metálico brillante.
Los dragones de níquel hablan su propia lengua y una lengua común a todos los dragones ferrosos, y el 5% de las crías de dragones de níquel tienen la capacidad telepática de comunicarse con cualquier criatura dentro de 60 pies. La probabilidad de poseer esta habilidad aumenta un 5% por categoría de edad del dragón.
Combate: un dragón de níquel intenta generalmente abrumar a sus oponentes mediante la imprevisibilidad de sus ataques. Por lo general, ataca primero con su arma de aliento; luego continúa con colmillos y garras, guardando al menos un ataque de aliento para una posible retirada, pero no hay nada seguro cuando se trata del dragón de níquel.
El ataque de aliento de un dragón de níquel consiste en una nube de vapores ácidos de 30 pies de largo, 20 de ancho y 20 de alto. (...)
Desde su nacimiento, los dragones de níquel tienen la capacidad de respirar agua y son inmunes a cualquier tipo de ácido. (...)
Hábitat / Sociedad: Los dragones de níquel habitan sólo en pantanos y marismas, preferiblemente aquellos que están cerca de las costas. Allí, se alimentan de criaturas nativas de la zona y, por lo tanto, rara vez entran en contacto con los hombres. Sin embargo, al ser más impredecibles que otros de su tipo, se sabe que asaltan asentamientos humanos cerca y lejos en busca de tesoros o simplemente la emoción de ver a criaturas inferiores huir aterrorizadas. Los dragones de níquel son tan impredecibles como padres como lo son como combatientes. Pueden ser padres amorosos una mañana y salir a buscar comida para sus crías, para luego al regresar decidir quedársela para ellos mismos.
Por estos motivos, cada vez hay menos dragones de níquel. La única excepción a su caos se da cuando un asunto concierne al clan en su conjunto y debe seguirse la jerarquía. Sin embargo, a nivel individual, el dragón volverá a su "normalidad".
La guarida de un dragón de níquel encaja perfectamente con su personalidad. Suele habitar cuevas poco profundas. Para ellos una cueva es a menudo un lugar para el tesoro y la puesta de huevos, y el dragón habita en realidad en algún lugar cercano, en cualquier lugar que le convenga en ese momento en particular.
Ecología: como todos los demás dragones, el dragón de níquel puede consumir casi cualquier cosa. Sin embargo, les gustan especialmente los lagartos gigantes que habitan en los pantanos. Los dragones de níquel a menudo comparten hábitat con los dragones negros. Dado que el aliento de uno de estos dragones no es eficaz contra el otro, suelen tener conflictos sangrientos".
Entre los poderes de los dragones de níquel se encuentra el respirar agua desde su nacimiento, varios poderes de causar irritaciones en la piel y aparato respiratorio de sus oponentes, e incluso adoptar forma gaseosa en los niveles más altos.
Un interesante oponente, sin duda, aunque me cuesta entender la relación entre estos dragones y el metal que les da nombre. El níquel es uno de los cuatro elementos que son magnéticos a temperatura ambiente o cerca de ella, siendo los otros el hierro, el cobalto y el gadolinio. Es duro, maleable y dúctil, y tiene una conductividad eléctrica y térmica relativamente alta. Quizá yo hubiera explotado esa característica magnética del níquel, dándole poderes relacionados con el magnetismo. O hubiera aprovechado la dureza, maleabilidad y ductilidad para imaginar una especie de dragón Terminator T-1000. Puede que estas ideas las hayan desarrollado con alguno de los otros dragones ferrosos, como el de hierro o cromo - lo iremos viendo. Sin embargo, por el momento nos parece que sus creadores se decantaron más por darle un carácter parecido al del dragón negro, y elegir poderes como causar irritación tóxica, adquirir forma gaseosa... gas tóxico, caos (es neutral caótico en AD&D aunque todos los dragones ferrosos pasaron a tener alineamiento legal maligno en la 3ª edición), ciénagas y pantanos parecen ser la inspiración principal para estos dragones. Pero puede que yo haya pasado por alto algo... si vosotros veis algún parecido o inspiración que relacionen el metal y el dragón, por favor, no dejéis de avisarme... y que sepáis que el níquel está presente en el disco interior de las monedas de uno y dos euros. No en estado puro, pero sí con bastante, bastante níquel...